martes, 8 de diciembre de 2015

La ventana del hospital ~ Opinión




OPINIÓN:

Creo que esta historia deja un bonito y reflexivo mensaje que todos deberíamos aplicarnos. Nos invita a reflexionar sobre la actitud del compañero de habitación del ciego, el cual, desinteresadamente, se tomó el tiempo de animar a su compañero y hacer feliz su estancia en el hospital.
 

Existen múltiples posibilidades de ofrecer nuestra ayuda en la vida cotidiana. Pensamos que para ayudar hay que hacer grandes cosas, pero ayudar no implica donar grandes cantidades de dinero, participar en campañas… sino que hay otros tipos de ayuda mucho más accesibles que podemos realizar en el día a día, porque aunque sea un pequeño gesto, el cual a veces creemos insignificante, en muchas ocasiones es más valioso que algo grande.

El compañero del hombre ciego, a pesar de su situación de enfermedad, decidió, en vez de compartir sus penas y desdichas, lo cual le habría ayudado a desahogarse y sentirse mejor consigo mismo, inventarse historias sobre lo que ocurría más allá de la ventana para poder así, alegrar a su compañero, dándole ilusión y esperanza. Ante este hecho, él a su vez, recibió a cambio felicidad de igual manera, olvidando sus pesares y compartiendo un buen rato con su compañero ciego, porque, cuanto más desinteresadamente hacemos las cosas, los frutos que obtenemos son muchos mayores.

Debemos compartir nuestra felicidad y no guardárnosla para nosotros mismos, descubriendo así lo gratificante que puede llegar a ser algo tan simple como intentar todo lo posible porque alguien se sienta bien.

"Creo que he aprendido que la mejor manera de levantarse uno mimo es ayudar a otra persona"
                                                                                                    BOOKER T. WASHINGTON

lunes, 7 de diciembre de 2015

La vida es como el eco ~ Reflexión


REFLEXIÓN


Esta frase me llamó mucho la atención porque siempre había oído decir que “lo que se siembra se recoge” o “la vida es como un boomerang” pero nunca me había detenido a analizarla y comprenderla.

Lo que esta frase nos viene a decir es que nuestro destino y lo que vamos obteniendo día a día va en función de nuestras obras. No podemos cosechar lo que nunca hemos sembrado, por lo que no podemos ir esperando cosas buenas de la vida si no hacemos nada por obtenerlas.

Recibimos lo que damos, por lo que debemos dar lo que queremos recibir, no podemos esperar amor si somos nosotros mismos los que no damos amor a los que nos rodean, no podemos esperar que nos traten bien si nosotros no tratamos a los demás como se lo merecen, y así en todos los ámbitos de la vida.

La vida es un reflejo de nuestros propios actos por lo que si no nos agrada lo que estamos recibiendo debemos replantearnos lo que estamos sembrando, teniendo en cuenta de que si sembramos cosas malas lo único que vamos a cosechar, tarde o temprano, es lo mismo que dimos.

No debemos desesperarnos porque nuestros actos no den resultados en el momento, dado que cada cosecha dura su tiempo, y aunque creamos que lo que estamos haciendo en el ahora caerá en vano, todo llegará a su debido tiempo.

La vida no consiste en esperar a que nos lleguen las oportunidades ni a recibir cosas que nunca hemos dado. Debemos salir a buscarlas, dejando una buena semilla en los demás con nuestras acciones, y siempre recordando que todo lo que hacemos nos será recompensado en algún momento, por muy tarde que sea. Si deseamos felicidad debemos dar felicidad a los demás, si esperamos oportunidades, debemos darle a cada situación la oportunidad de hacer algo nuevo, recordando que nada llega sin que haya un esfuerzo previo y que ningún esfuerzo quedará en vano pues siempre hay una semilla esperando florecer.