OPINIÓN: Creo que esta historia deja un bonito y reflexivo mensaje
que todos deberíamos aplicarnos. Nos invita a reflexionar sobre la actitud del compañero
de habitación del ciego, el cual, desinteresadamente, se tomó el tiempo de animar
a su compañero y hacer feliz su estancia en el hospital.
Existen múltiples posibilidades de ofrecer nuestra ayuda en
la vida cotidiana. Pensamos que para ayudar hay que hacer grandes cosas, pero ayudar
no implica donar grandes cantidades de dinero, participar en campañas… sino que
hay otros tipos de ayuda mucho más accesibles que podemos realizar en el día a día,
porque aunque sea un pequeño gesto, el cual a veces creemos insignificante, en muchas ocasiones es más valioso que algo grande.
El compañero del hombre ciego, a pesar de su situación de
enfermedad, decidió, en vez de compartir sus penas y desdichas, lo cual le habría ayudado a
desahogarse y sentirse mejor consigo mismo, inventarse historias sobre lo que
ocurría más allá de la ventana para poder así, alegrar a su compañero, dándole
ilusión y esperanza. Ante este hecho, él a su vez, recibió a cambio felicidad
de igual manera, olvidando sus pesares y compartiendo un buen rato con su
compañero ciego, porque, cuanto más desinteresadamente hacemos las cosas, los
frutos que obtenemos son muchos mayores.
Debemos compartir nuestra felicidad y no guardárnosla para
nosotros mismos, descubriendo así lo gratificante que puede llegar a ser algo tan
simple como intentar todo lo posible porque alguien se sienta bien.
"Creo que he aprendido que la mejor manera de levantarse uno mimo es ayudar a otra persona"
Esta frase me llamó mucho la atención porque siempre había oído decir que
“lo que se siembra se recoge” o “la vida es como un boomerang” pero nunca me
había detenido a analizarla y comprenderla.
Lo que esta frase nos viene a decir es que nuestro destino y lo que vamos
obteniendo día a día va en función de nuestras obras. No podemos cosechar lo
que nunca hemos sembrado, por lo que no podemos ir esperando cosas buenas de la
vida si no hacemos nada por obtenerlas.
Recibimos lo que damos, por lo que debemos dar lo que queremos recibir, no
podemos esperar amor si somos nosotros mismos los que no damos amor a los que
nos rodean, no podemos esperar que nos traten bien si nosotros no tratamos a
los demás como se lo merecen, y así en todos los ámbitos de la vida.
La vida es un reflejo de nuestros propios actos por lo que si no nos agrada
lo que estamos recibiendo debemos replantearnos lo que estamos sembrando,
teniendo en cuenta de que si sembramos cosas malas lo único que vamos a
cosechar, tarde o temprano, es lo mismo que dimos.
No debemos desesperarnos porque nuestros actos no den resultados en el
momento, dado que cada cosecha dura su tiempo, y aunque creamos que lo que
estamos haciendo en el ahora caerá en vano, todo llegará a su debido tiempo.
La vida no consiste en esperar a que nos lleguen las oportunidades ni a
recibir cosas que nunca hemos dado. Debemos salir a buscarlas, dejando una buena
semilla en los demás con nuestras acciones, y siempre recordando que todo lo
que hacemos nos será recompensado en algún momento, por muy tarde que sea. Si
deseamos felicidad debemos dar felicidad a los demás, si esperamos
oportunidades, debemos darle a cada situación la oportunidad de hacer algo
nuevo, recordando que nada llega sin que haya un esfuerzo previo y que ningún esfuerzo
quedará en vano pues siempre hay una semilla esperando florecer.
Y en realidad no me importa si nadie más se lo cree,
porque a mí todavía me queda mucha pelea que ofrecer.
Perdiendo amigos y persiguiendo dormir,
todo el mundo está preocupado por mí,
estoy muy metida, dicen que estoy muy metida.
Han pasado dos años,
echo de menos mi casa,
pero hay un fuego ardiendo en mis huesos,
y todavía creo.
Sí, todavía creo.
Y todas esas cosas que no dije,
bolas de demolición dentro de mi cabeza.
Esta noche, las gritaré bien alto,
¿puedes esta vez oír mi voz?
Esta es mi canción de lucha,
la canción de "devuélveme mi vida",
la canción que prueba que tengo razón.
Mi poder está encendido,
empezando ahora mismo.
Seré fuerte,
tocaré mi canción de lucha.
Y en realidad no me importa si nadie más se lo cree,
porque a mí todavía me queda mucha pelea que ofrecer.
Como un pequeño bote en el océano,
que emite grandes ondas con el movimiento.
Al igual que una sola palabra
puede abrir un corazón.
Yo quizás solo tenga una cerilla,
pero puedo provocar una explosión.
Esta es mi canción de lucha,
la canción de "devuélveme mi vida",
la canción que prueba que tengo razón.
Mi poder está encendido,
empezando ahora mismo.
Seré fuerte,
tocaré mi canción de lucha.
Y en realidad no me importa si nadie más se lo cree,
porque a mí todavía me queda mucha pelea que ofrecer.
Todavía me queda dentro mucha pelea que ofrecer.
REFLEXIÓN:
Es una canción para aquellos momentos de nuestra vida en los
que nos sentimosdecaídos, sin encontrarle
sentido a las cosas que nos rodean, sin fuerzas para hacer nada, viéndolo todo
oscuro y sin saber cómo vamos a poder salir de todo ello.
Es todo un himno al optimismo y a la motivación, al no
callarnos las cosas y dejar salir todo lo que tenemos y que hemos estado
guardando.
Muchas veces, por diferentes circunstancias de la vida,
tenemos muchas razones para darnos por vencidos, haciendo caso a esas pequeñas
voces de nuestra cabeza que nos dicen que no somos lo suficientemente buenos,
que debíamos haber dicho o hecho esto o lo otro.
Nos invita a seguir confiando en nosotros mismos sin
importar lo que pase, siguiendo adelante connuestros sueños, a no callarnos todas esas cosas que no hemos dicho o
que quisimos hacer y que se acaban convirtiendo en “bolas de demolición" dentro
de nuestra cabeza, haciéndonos sentir inferiores de los que somos y quitándonos
la ilusión.
Tal como dice la canción, no nos debe de importar si nadie
más nos cree, en quien debemos de confiar es en nosotros mismos y en todo ese
potencial que tenemos en nuestro interior y que nunca dejamos salir a la luz
por nuestros miedos e inseguridades.
Además creo que es una canción con la que todos nos podemos
sentir identificados porque en algún momento de nuestra vida, por
circunstancias varias, hemos visto todo oscuro, sin ilusiones o sueños, y lo
que debemos hacer en esas circunstancias es elevar nuestra voz, siendo sinceros
con lo que sentimos, sin importar quién nos pueda oír o lo que puedan decir,
siendo fuertes y liberándonos de todos esos pensamientos que nos llevan atando
durante tanto tiempo y no nos dejan ser quien realmente queremos ser.