Nos hemos despedido y dejado atrás un año que, para algunos puede haber sido magnífico, lleno de ilusiones y sueños cumplidos, y que para otros, al contrario puede haber sido completamente lo opuesto. Sea lo que sea lo que nos haya ocurrido, debemos guardar todos los momentos buenos vividos para mirar a este nuevo año con esperanza e ilusión.
Llega un
momento que empezar el año se convierte en rutina: las doce uvas a medianoche,
los brindis, los abrazos y felicitaciones…, pero luego parece que se vuelve a
olvidar todo y nos centramos en el día a día de nuevo. Sin embargo, ahora es
cuando debemos detenernos por un momento y reflexionar sobre las experiencias que hemos pasado a lo
largo de este año recién finalizado, observando todo lo que trajo consigo, ya
sea malo o bueno y así ver si el año 2015 nos ha dejado en el lugar al que
queríamos llegar al comienzo del mismo, si hemos cumplidos los sueños que nos
propusimos, hecho las cosas que prometimos que haríamos...
Estamos en el
inicio de un nuevo ciclo, por lo que debemos olvidar todo lo malo ocurrido, aprender
de nuestros errores y comenzar este año nuevo lleno de ilusiones. En este año
nuevo que comienza, se abren un sinfín de posibilidades para trazar de nuevo
todas esas metas que hasta ahora no hemos podido alcanzar y proponernos
cumplirlas. Debemos sentirnos capaces de cumplir nuestros sueños, siendo conscientes
de que somos los dueños de nuestras decisiones y acciones y que, por tanto
nuestro futuro depende de lo que hagamos a diario, sin dejar nada para el
mañana porque nunca sabremos qué pasará.
Tenemos que sentir la necesidad de hacer todo lo posible
para que este año sea el mejor de todos, sin ninguna excusa, porque se nos
presentan numerosos días para hacer de cada uno sea increíble e inolvidable,
minuto a minuto, haciendo que lo más simple y cotidiano se convierta en algo
extraordinario.
Ahora, los proyectos que se quedaron abandonados o que no
llegaron a cumplirse deben ser renovados, con entusiasmo por tener otra nueva
oportunidad, sin estar deprimidos por no haberlos logrado. Pueden ser tanto
propósitos individuales, como familiares o hecho entre amigos, y pueden ir desde
lo más simple y pequeño a lo más complicado.
De esta manera, debemos comprometernos para poder
cumplirlos, esforzándonos día a día, y así finalizar este nuevo año que
comienza con muchos más sueños cumplidos y felices por lo que hemos realizado.
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