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Nuestro paso por el mundo, nuestra
vida, al fin y al cabo, es simplemente tiempo que avanza sin detenerse y que a
menudo no nos damos cuenta de los valioso que es y de lo que hacemos con él.
A lo largo de las diferentes etapas de
nuestra vida observamos el paso del tiempo de distintas maneras, algunas veces
parece que los momentos o situaciones nunca terminan y en otras ocasiones
sentimos que todo se nos hace pequeño y que el tiempo para hacer lo que queremos
se nos escapa de las manos.
Por ello, cuando nos detenemos y pensamos sobre esto, comienzan a surgir dudas y multitud de preguntas sobre lo que hicimos, lo que no hicimos, lo que queríamos hacer y nunca hicimos, las decisiones equivocadas que tomamos, si lo que estamos haciendo es lo que verdaderamente queremos...y nos damos cuenta que la vida no se detiene y que debemos disfrutar cada momento como si fuera el último, disfrutando cada segundo al máximo.
Cada día se nos presentan 24 horas y millones de momentos para hacer las cosas de forma diferente, tenemos la oportunidad de empezar otra vez y hacer algo nuevo. Enfrentarnos a nuevos retos, fracasar y seguir intentándolo tantas veces como haga falta, tomando cada error o decepción como un aprendizaje, para aprender nuevas cosas, madurar, cambiar y ver las cosas de forma diferente.
Por ello, cuando nos detenemos y pensamos sobre esto, comienzan a surgir dudas y multitud de preguntas sobre lo que hicimos, lo que no hicimos, lo que queríamos hacer y nunca hicimos, las decisiones equivocadas que tomamos, si lo que estamos haciendo es lo que verdaderamente queremos...y nos damos cuenta que la vida no se detiene y que debemos disfrutar cada momento como si fuera el último, disfrutando cada segundo al máximo.
Cada día se nos presentan 24 horas y millones de momentos para hacer las cosas de forma diferente, tenemos la oportunidad de empezar otra vez y hacer algo nuevo. Enfrentarnos a nuevos retos, fracasar y seguir intentándolo tantas veces como haga falta, tomando cada error o decepción como un aprendizaje, para aprender nuevas cosas, madurar, cambiar y ver las cosas de forma diferente.
Nos preocupamos y desperdiciamos nuestro tiempo en
pensar en todas esas cosas que no tenemos y nos faltan, lo que los demás tienen
y nosotros anhelamos, creando necesidades falsas y pensando que cuando las
obtengamos todo mejorará, que seremos más felices o que nos llenará ese vacío.
Pero, a fin de cuentas, lo único que hemos hecho es perder muchísimo tiempo
pensando en ello en vez de aprovechar todo aquello que teníamos y que no
creíamos importante, porque al compararlo con todo lo “bueno” que tenían los
demás, siempre salíamos en desventaja.
La vida es una sola, cada día es algo
nuevo y único, y el tiempo no se detiene para nadie. Por ello escucha, aprende,
ama, disfruta y vive cada momento como si fuera el último, sin detenerte ante
una caída, sin mirar hacia el pasado, sin anhelar lo que no tienes,
permitiéndote ser feliz con todo lo que tienes y viendo cada día como una nueva
oportunidad de hacer y ver las cosas de diferente manera, porque cuando un día
pasa, no va a volver a repetirse jamás, porque cada día es diferente, único e
irrepetible.
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